Dios Padre,
dame la esperanza
que me sostiene en las pruebas,
la fe que ilumina
mis noches oscuras,
y el amor
que me une a ti eternamente,
guiando mi alma a tu paz segura.
Dios Hijo,
dame humildad
para reconocer mi pequeñez,
la grandeza inmensa
de tu misericordia,
que mis pasos sigan
siempre tu camino,
y que en ti repose mi fe,
mi gloria.
Dios Espíritu Santo,
que en las dificultades
mi esperanza se afirme,
hazme, testigo de tu paz,
que mis palabras
y acciones a ti reflejen,
y al final de esta senda,
pueda descansar,
en la luz eterna
que en tu amor florece.
Amén.