Leemos en el Evangelio que Jesús mira a las personas con amor. Su mirada no es curiosa ni crítica. Él quiere ver los actos maravillosos de cada persona y observar la belleza de una anciana que ofrece una limosna. Jesús denuncia las actitudes de los escribas: personas que buscan prestigio, reconocimiento y poder. Les advierte
“Mientras pasamos nuestra jornada llena de ocupaciones, es importante tomarse un momento para orar, agradecer y pedirle al Señor que nos proteja”.
Y en la parte central, te ofrece 20 formas de conversar con Dios para las personas que creen que su trabajo no les deja punto de respiro para acordarse de hacerle tiempo al Creador en el trajín que impone la modernidad.
1. Comienza bien el día con una lectura espiritual
2. Coloca tu Biblia en la mesita de noche y lee un poco cada día.
3. Pon alarmas a lo largo del día para que te recuerden rezar
4. Utiliza tu viaje y habla con Dios donde viajes.
5. Usa la Biblia o un libro y sácalo al principio de cada refrigerio
Maria Troncatti nació en Corteno Golgi, en la provincia de Brescia, el 16 de febrero de 1883 en una gran familia de agricultores de montaña. María solicita su admisión en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y hace su primera profesión en 1908 en Nizza Monferrato. Fue enviada como misionera a Ecuador.
En 1925 aterrizó en la bahía de Guayaquil y se unió a Chunchi, donde fue enfermerA y farmacéuticA por un corto tiempo.
Le tocó vivir los tiempos heroicos de la misión entre los Shuar, hasta su muerte el 25 de agosto de 1969, en accidente de avioneta, a los 86 años. Toda su vida la dedicó a los pobres, a los Shuar, ejerciendo de enfermera, de educadora, de madre universal de todos.