La vida no termina hasta que el árbitro pita el final del partido, y de eso puede dar fe Josefina Bakhita, secuestrada y esclavizada desde niña.
Nació en una pequeña aldea de Sudán en el año 1869. En aquel tiempo, la esclavitud había sido abolida ya en las colonias occidentales de América, por lo que el tráfico de esclavos se trasladó hacia las zonas árabes del norte de África.
Así, cuando la niña tenía apenas 9 años, se topó cerca de su poblado con aquellos hombres que iban a cambiar su vida para siempre. Uno de ellos me agarró me dijo “¡Si lloras, te mueres! ¡Síguenos!”».
Fue vendida cinco veces en los mercados esclavistas del país. Sus amos la maltrataban y la sometieron a toda clase de abusos… Hoy ella es Santa.