La beata María Troncatti (1883-1969), enfermera misionera de las Hijas de María Auxiliadora, será proclamada santa debido a un milagro asombroso en el que la Iglesia ha constatado su intervención, y el Papa lo ha confirmado con su firma el 25 de noviembre de 2024.
Juwa Bosco trabajaba la madera con una esmeriladora de piedra. La máquina se rompió y un gran pedazo de piedra de la máquina amoladora golpeó la cabeza. Rompió el cráneo, la masa encefálica quedó a la vista, y afectó una cuarta parte del cerebro. Alguno refería que había que dejarlo morir. En su sueño, dijo, la religiosa, vestida de blanco, le aseguró que se recuperaría. De hecho, ella le prometió que a la mañana siguiente hablaría y caminaría.
Vivimos en un mundo bombardeado por información negativa: hambre, guerras, abusos, indiferencia. Ante esta avalancha de realidades dolorosas, surge una pregunta: “¿Qué podemos hacer?” Esta pregunta no es nueva. Hace más de dos mil años, hombres y mujeres acudieron a Juan el Bautista con esa misma inquietud. La respuesta del profeta sigue siendo tan actual
Uno de los santos más jóvenes de la historia es Domingo Savio, alumno de Don Bosco. La canonización de Domingo tuvo lugar bajo el signo de la Inmaculada Concepción.
El Papa Pío IX había declarado el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854 con la bula “IneffabilisDeus”. Un año y medio después, el 8 de junio de 1856, Domingo fundó, junto con otros amigos, la Compañía de la Inmaculada Concepción. Su vida se distinguió por su asiduidad a los sacramentos de la penitencia y la Eucaristía y por su devoción a la Inmaculada Concepción.
“En el centenario de la proclamación del dogma (1954-2024) de la Inmaculada Concepción de María, Domingo Savio se convierte en santo en el cielo de la Iglesia.
Hoy celebramos la fiesta de la Inmaculada, un día especial para honrar a María, nuestra Madre, quien se define como «la esclava del Señor». María es conocida por su relación única con Dios, una relación total y pura que la hace «llena de gracia». En esta solemnidad, reflexionemos sobre los nombres que llevamos. Todos tenemos










