La historia del ejecutivo y el café pendiente En Lima, una ciudad de tráfico imposible, ritmo acelerado, semáforos eternos y ascensores llenos de silencios cómodos, vivía un ejecutivo llamado Rafael. Trabajaba en una empresa de tecnología y dirigía un equipo exigente, siempre presionado por resultados, reuniones y correos sin fin. Su hijo Tomás, estudiante universitario,