El sábado 30 de mayo de 2025, la Basílica María Auxiliadora se llenó de un fervor especial cuando miles de fieles se congregaron para participar de una Santa Misa presidida por el P. Pierluigi Cameroni, Postulador General de la Congregación Salesiana. La celebración fue un momento significativo, pues se trató de una misa en honor al P. Luigi Bolla, conocido cariñosamente como Y’ankuam’ Jintia, “la estrella que ilumina el camino”.
Con una homilía profundamente emotiva, el P. Cameroni animó a los presentes a conocer la figura de este misionero que dedicó su vida a anunciar el Evangelio en los confines más remotos de la selva amazónica.
“Hemos vivido momentos muy significativos en el proceso de beatificación y canonización del P. Bolla, y ahora estamos aquí, en Perú, para continuar este proceso”,
Comentó el P. Cameroni, agradeciendo al P. Román Olesinsky por su invitación y enfatizando el llamado a descubrir la vida de un hombre cuya misión estuvo marcada por la entrega y el sacrificio.
La vida del P. Luigi Bolla: Un peregrino y misionero de esperanza
Monseñor Cameroni destacó que el P. Bolla fue un auténtico testigo de Jesús, llevando el Evangelio “hasta los confines del mundo” (Hechos 1,8), adentrándose en la selva amazónica para evangelizar a los pueblos Shuar y Achuar. La vida del misionero, como un peregrino y misionero de esperanza, fue un ejemplo de valentía y dedicación, pero también de sacrificio y humildad.
El P. Bolla, en su caminar a pie por la selva, nos mostró el valor del silencio.
“En el silencio de la selva, el Padre Bolla descubrió la voz de Dios, que lo había llamado desde joven en su oratorio salesiano en Schio y siguió llamándolo a través de la vastedad del Amazonas hasta la víspera de su muerte”
Explicó el P. Cameroni. Esa experiencia espiritual profunda, en la que tanto la cercanía como la lejanía de Dios se manifestaban en el silencio, fue fundamental en su vida de fe y misión.
A lo largo de la homilía, se hizo un llamado a los fieles para redescubrir el valor del esfuerzo, simbolizado en el incansable caminar del P. Bolla, quien recorría kilómetros y kilómetros a pie, enfrentando los riesgos del Amazonas y viviendo en total esencialidad.
“Solo Dios sabe cuántos kilómetros recorrió, pisando el barro de la selva, durmiendo en el suelo y comiendo lo que le ofrecían. Su vida nos invita a redescubrir el valor de lo esencial”
Continuó el P. Cameroni, subrayando que el P. Bolla abandonó los métodos tradicionales para vivir entre los Achuar, con tan solo su mochila y su breviario.
El legado tangible del P. Bolla
Al finalizar la Misa, los fieles se acercaron emocionados para ver y tocar los objetos que el P. Bolla usó durante su misión. En una exposición especial, fueron presentados tres elementos clave de su vida misionera: el Sagrario (Pitiák), sus botas con el barro de la selva y la corona (Tawásam) que utilizaba durante su labor entre los pueblos indígenas. Los asistentes, profundamente conmovidos, tocaron esos objetos con reverencia, sintiendo de cerca la vida de este misionero, cuya dedicación y sacrificio no solo lo convirtieron en un ejemplo de santidad, sino también en un verdadero testigo de la fe en la selva amazónica.
La jornada concluyó con un sentimiento de renovación y esperanza en los corazones de los presentes, quienes se sintieron inspirados a seguir el ejemplo del P. Bolla, redescubriendo el valor del esfuerzo, la fe y el silencio, en la vida cotidiana y en la misión de cada uno.
