La Iglesia crece en número de bautizados (más de 1,378 millones de católicos). Esto habla de un signo saludable, la gente sabe y confía en el resguardo de la Iglesia Católica y, sin embargo, el número de vocaciones cae.
Es preocupante, pues el aumento global de bautizados no es proporcional al número de sacerdotes que atenderán a esta grey, es decir: más fieles, menos pastores por número. En algunos lugares, la Iglesia tenía más sacerdotes que parroquias residenciales, lo que ha cambiado: hay parroquias sin sacerdote residente hoy; la presencia sacerdotal es una preocupación creciente.
No se trata solo de una época de cambios, sino un cambio de época, con nuevos paradigmas, nuevas formas de relacionarnos e, incluso, con modificaciones del lenguaje y del significado de las cosas.