I. Escuchando el grito de la humanidad amenazada Redactado por: Vatican Va 1. Al inicio de este nuevo año que nos da el Padre celestial, tiempo jubilar dedicado a la esperanza, dirijo mi más sincero deseo de paz a toda mujer y hombre, en particular a quien se siente postrado por su propia condición existencial,
Entre los católicos -escribe el J. Pagola – se defiende casi instintivamente el valor de la familia, pero no siempre nos detenemos a reflexionar el contenido concreto de un proyecto familiar, entendido y vivido desde el Evangelio. ¿Cómo sería una familia inspirada en Jesús? Esta es una pregunta oportuna para todos los seguidores de Jesús.
Dime, ¿has visto alguna vez un pájaro que haga un nido para dejarlo vacío o para instalar en él únicamente un polluelo débil y enclenque? ¡No! Solamente el ser humano ha inventado este contrasentido: la familia sin hijos.
El mundo actual, egoísta, ha trastocado el antiguo modo de sentir. Nuestro mundo moderno no quiere oír hablar de otra cosa que no sean comodidades y placeres; jamás de sacrificios. Para el mundo moderno, el niño no es una «bendición de Dios», sino una «plaga de Dios», una carga de la cual hay que librarse con todos los métodos posibles para que no estorbe los placeres de dos personas adultas.
Por este motivo, la mayoría de los esposos aceptan únicamente un hijo de las manos de Dios. ¡Solamente uno! ¡Como mucho, dos! ¡Pero por nada del mundo quieren más!
“Tú también eres adicta al móvil”, le espetó una adolescente a su madre cuando esta le reprochaba su conexión constante a los nuevos dispositivos. Se suele pensar que la adicción a estos aparatos es un problema que afecta solo a los jóvenes, pero, en realidad, extiende sus redes también a los padres e incluso a los abuelos.
Se admite que muchos duermen con el teléfono encendido en su habitación y que un 75% de los adultos utiliza el teléfono en medio de una conversación. Esos vistazos distraídos al WhatsApp o a las redes sociales pueden ser el indicio de un problema, no solo entre los jóvenes, sino que atrapa cada vez a más adultos de todas las edades. ¿Qué hacer cuando la vejez nos revela esta adicción?
1. «María se levantó y se puso en camino de prisa», reflejando su disposición inmediata. 2. El viaje de María desde Nazaret (Galilea) hasta Ain Karem fue de unos 130 kilómetros. 3. Ain Karem es hoy un lugar de peregrinación. Allí se encuentran dos importantes iglesias: la Iglesia de la Visitación y la Iglesia de