Una de las dimensiones espirituales del Jubileo nos invita a la conversión. Sin conversión, no podremos “pasar la puerta”. 1. Los confesores son “médicos del alma”. 2. Así como el doctor necesita que le digas tus síntomas, el sacerdote necesita que hables de tus pecados. 3. El confesor no está ahí para juzgarte, sino para