Redactado por: Aleteia.es
Te preguntas, ¿cómo encontrar el amor y el perdón en una era tan líquida? El papa Francisco propone las siguientes reflexiones en su encíclica Dilexit Nos
Recientemente, el papa Francisco publicó una carta encíclica titulada Dilexit Nos, la cual habla sobre el amor humano y divino del corazón de Jesucristo dirigida a todos nosotros que vivimos en una era líquida donde los valores humanos se están distorsionando, creando una falsa idea de lo que es el amor, así como también el perdón, una palabra difícil de pronunciar pero con un gran significado.
Redescubriendo nuestra dignidad
Muchos de los problemas que enfrentamos en la actualidad son causados, precisamente, por una falta de identidad y respeto a la dignidad de cada persona como hijo de Dios.
En uno de sus puntos, el santo padre Francisco, reflexiona sobre cómo la sociedad actual ve las cosas. Es verdad que se tiene la falsa creencia de que todo se puede comprar y las cosas tienen más valor entre más costo tienen, haciéndonos dependientes de lo material y superficial.
Estos aspectos nos distraen de nuestro verdadero objetivo y nos hace olvidar que el amor y la misericordia de Cristo son para todo aquel que quiera recibirlo y además gratuito, es ahí en donde debemos fijar nuestra mirada.
«El amor de Cristo está fuera de ese engranaje perverso y solo él puede liberarnos de esa fiebre donde ya no hay lugar para un amor gratuito. Él es capaz de darle corazón a esta tierra y reinventar el amor allí donde pensamos que la capacidad de amar ha muerto definitivamente». (218).
Necesitados al Sagrado Corazón para ser auténticos
Al mundo le falta autenticidad, en la forma en la que tratamos a los demás, incluso la forma en la que vivimos y para ello volver a Cristo, fijar nuestra mirada en Él, de tal forma que podamos expandir su amor por todo el mundo.
Francisco no señala que la respuesta al mundo está en la devoción al Sagrado corazón de Jesús, es decir, sumergirnos en su sacratísimo corazón que en muchas ocasiones es olvidado, necesitamos sanar nuestros corazones y reparar a la humanidad.
El sucesor de Pedro nos comparte las siguientes claves para ser misioneros del amor y acreedores de la misericordia de Jesús.
1. Pedir perdón
Un corazón que sabe amar, sabe perdonar y pedir perdón, dice el papa Francisco que no solo hay que tener la buena intención, sino también un dinamismo que se vea exteriormente y aquí explica las bases para poder curar las heridas que causamos:
«La reparación, para ser cristiana, para tocar el corazón de la persona ofendida y no ser un simple acto de justicia conmutativa, presupone dos actitudes exigentes: reconocerse culpable y pedir perdón […]. Es de este reconocimiento honesto del daño causado al hermano, y del sentimiento profundo y sincero de que el amor ha sido herido, que nace el deseo de reparar». [199].
2. Servir con alegría
Dios tiene una misión para cada uno de nosotros, por tanto, debemos responder a su llamado y a partir de ahí servir a los demás.
«Él te envía a derramar el bien y te impulsa por dentro. Para eso te llama con una vocación de servicio: harás el bien como médico, como madre, como docente, como sacerdote. Donde sea, podrás sentir que él te llama y te envía a vivir esa misión en la tierra». 215.
3. Sembrar una amistad con Cristo
El papa es muy claro en su encíclica y nos invita a no tener miedo de forjar una relación con Jesús, muchas veces por miedo o por pena no fortalecemos nuestra relación con Cristo, pero cuánto bien le hace a nuestras almas.
«Él mismo nos dice: «Yo los envío» (Lc 10,3). Esto es parte de la amistad con él. Por eso, para que esa amistad madure, hace falta que te dejes enviar por él a cumplir una misión en este mundo, con confianza, con generosidad, con libertad, sin miedos.» (215).