María, modelo de servicio
El Evangelio nos muestra hoy a María, que partió a la montaña de Judá para visitar a su prima Isabel. María no se queda inmóvil tras recibir el anuncio del ángel; su amor la impulsa a ponerse en camino. Ella es modelo de servicio y caridad: va donde hay necesidad, llevando a Jesús en su seno. “María es la mujer del camino – ha escrito el Papa, – capaz de salir de sí misma para servir a los demás”. ¿Estamos dispuestos a salir de nuestras comodidades y acudir con prontitud a servir a los demás?
La alegría de Isabel y la presencia de Dios
Cuando María saluda a Isabel, el niño –Juan Bautista– salta de alegría en su vientre. Es un encuentro lleno del Espíritu Santo. Isabel. La presencia de Jesús, aunque aún no ha nacido, transforma el momento en una fiesta de alegría y fe. Como dice el Papa Francisco: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. ¿Permitamos que la presencia de Jesús en nuestras vidas llene también nuestro corazón de una verdadera alegría? ¿Jesús es nuestra alegría?
La fe que hace posible el milagro
Isabel reconoce en María la fe firme que ha hecho posible el cumplimiento de la promesa de Dios y por eso proclama: “Feliz por haber creído”. La fe de María es total, sin dudas ni reservas. Hoy, el mismo Jesús nos invita a imitarla, confiando en que Dios cumple sus promesas. ¿Estamos preparados para recibir a Jesús? María te invita a salir de tu zona de egoísmo y visitar al pariente enfermo o que no lo has visto hace mucho tiempo.
“Una persona que se dice cristiana y no es capaz de ir al encuentro de los otros, de encontrar a los otros, no es totalmente cristiana”, ha enfatizado el Papa.