El Año Jubilar es un tiempo especial de gracia en el que la Iglesia ofrece abundantes dones espirituales, entre ellos la posibilidad de obtener indulgencias plenarias. Estas indulgencias no solo pueden aplicarse a uno mismo, sino también en sufragio por las almas del Purgatorio, ayudándolas a purificarse y a alcanzar la gloria eterna en la presencia de Dios.
De estas dos indulgencias diarias, una puede aplicarse en favor de un alma del Purgatorio, permitiendo que, por la infinita misericordia de Dios, se acelere su purificación y entrada en el Cielo.
Obtener una indulgencia por un alma del Purgatorio es un acto de caridad cristiana. No sabemos cuántas almas esperan nuestra oración, pero podemos ser instrumentos de la gracia divina para ayudarles a alcanzar la plenitud de la vida eterna.