El dolor por la pérdida de un ser querido puede ser tan profundo que muchas familias optan por guardar sus cenizas en casa como una forma de mantener su presencia cercana. Sin embargo, la Iglesia Católica ofrece orientaciones claras sobre esta práctica. Durante siglos, la cremación estuvo prohibida en la Iglesia, salvo en casos excepcionales,
El Papa Francisco invitó a los fieles a rezar con sencillez: “Señor, mira mis fragilidades…”, mencionando ante Él nuestras debilidades. Esta, dijo, es la oración de la humildad, que nos ayuda a reconocer nuestra pequeñez ante Dios. Durante su reflexión dominical antes del Ángelus, el Santo Padre recordó que Jesús se identifica con los pequeños
Cuando el embarazo se complica o surgen anomalías en el feto, a la mayoría de las madres se les ofrece el aborto como la única solución. Pero la conciencia de que el hombre no es quien decide sobre la vida ha salvado a niños como Rubén y Juan Pablo.
Miles de niños gestantes enfermos mueren al año por no recibir atención médica. Si existen anomalías en el feto, una enfermedad grave o riesgo para la vida de la madre, la mayoría de los profesionales sanitarios ofrecen una única salida: abortar. Pero la experiencia de quienes han optado por decir sí a la vida hasta sus últimas consecuencias desmonta la legitimidad de esta práctica.
A partir de entonces comenzaron un calvario, por la falta de esperanza de los ginecólogos en que el niño pudiera sobrevivir.
En vista de la canonización de la hermana María Troncatti, Hija de María Auxiliadora, programada para el próximo domingo 19 de octubre de 2025, varias inspectorías han elaborado materiales destinados a conocer mejor su figura, explorar las dimensiones de su espiritualidad y aprender de su incansable entrega apostólica.
Los santos son testigos de fe y de humanidad que deben darse a conocer, para que en el corazón de quienes los descubren surja la pregunta: “Si ellos pudieron, ¿por qué no yo?”. La santidad de la hermana Troncatti resplandece en su ser madre de todos, misionera incansable y cotidiana artesana de la paz, como reza el lema elegido para su canonización.
Para darla a conocer a todas las edades –niños, preadolescentes y jóvenes– han elaborado materiales de formación.
Cada 7 de octubre se celebra a la Virgen del Rosario, advocación que nos recuerda la importancia de dirigirnos con amor a nuestra Madre mediante la oración, especialmente a través del Santo Rosario. Fue la misma Virgen María quien nos pidió que lo recemos y lo difundamos, para que, por su intercesión, obtengamos abundantes gracias.
Podemos decir, en consecuencia, que el Rosario es la “escuela de oración” de la Virgen. En el año 1208, la Virgen María se apareció a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, y le entregó un rosario, muy probablemente con la forma que hoy conocemos. Antes de retirarse, Nuestra Madre le encomendó a Santo Domingo que difundiera esta oración por todo el mundo.
¿Cuántas veces hemos recibido un mensaje de WhatsApp y hemos sentido la necesidad irremediable de contestar al instante sin pensar? La cultura de la inmediatez nos promete una gratificación inmediata de nuestros deseos, pero tras esta primera capa de satisfacción se esconde una realidad menos idílica.
“La búsqueda frecuente de gratificación instantánea y el uso compulsivo de pantallas es un caldo de cultivo para la ansiedad, el insomnio, el estrés crónico y los trastornos del sueño. Cuando nuestra mente se acostumbra a ciclos rápidos de recompensa, si no los obtiene, entra en un estado de malestar”.
“Vivimos en la cultura de la imagen e intentamos aparentar una imagen mejorada de lo que somos, donde el centro es el ‘yo’.
Todavía muy joven, en una peregrinación que realiza a Roma con su padre, se atreve a pedirle al Papa, que por aquel entonces lo era Pio X, la autorización para poder ingresar en el Carmelo a los 15 años. El Papa le responde: “Entrará si Dios así lo quiere" y por fin, el 9 de abril de 1888.
Se llamará desde entonces Sor Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz. A partir de ese momento se opera en ella una transformación interior, de la mano de su guía y maestro San Juan de la Cruz, e iniciaría también un camino doloroso plagado de “espinas”. Por una parte, el fallecimiento de su padre y por otra su posterior enfermedad.
La Iglesia crece en número de bautizados (más de 1,378 millones de católicos). Esto habla de un signo saludable, la gente sabe y confía en el resguardo de la Iglesia Católica y, sin embargo, el número de vocaciones cae.
Es preocupante, pues el aumento global de bautizados no es proporcional al número de sacerdotes que atenderán a esta grey, es decir: más fieles, menos pastores por número. En algunos lugares, la Iglesia tenía más sacerdotes que parroquias residenciales, lo que ha cambiado: hay parroquias sin sacerdote residente hoy; la presencia sacerdotal es una preocupación creciente.
No se trata solo de una época de cambios, sino un cambio de época, con nuevos paradigmas, nuevas formas de relacionarnos e, incluso, con modificaciones del lenguaje y del significado de las cosas.
La indiferencia: un mal profundo La indiferencia es uno de los grandes males de nuestro tiempo, y quizá también uno de los más arraigados en el corazón humano. Está muy unida al egoísmo, que nos impulsa a vivir encerrados en nosotros mismos, a buscar únicamente nuestros deseos, a situarnos por encima de los demás y
En el evangelio de Lucas (12, 20) se nos recuerda con fuerza: «¡Insensato! Esta misma noche te reclamarán la vida, y lo que has acumulado, ¿para quién quedará?». En el mundo de las finanzas suele prevalecer la idea de que lo más importante es la rentabilidad. Sin embargo, para quienes profesamos la fe católica, invertir











