Esta es la primera Meditación del P. Roberto Pasolini, con la que se abrieron en el Vaticano los Ejercicios Espirituales para el Papa.
La muerte, según el Catecismo, es el momento en que se hace el juicio particular, evaluando la aceptación o el rechazo de la gracia de Dios. Sin embargo, la salvación no solo está reservada a quienes han conocido formalmente a Cristo: el Concilio Vaticano II reconoce que quienes siguen su conciencia en una búsqueda sincera de Dios pueden acceder a la vida eterna.
El Derecho Canónico (CIC) subraya que el juicio final no se basa en meros actos exteriores, sino en el amor vivido, haciéndose eco del pensamiento de San Juan de la Cruz: «En la tarde de la vida, seremos juzgados por el amor»