“No tiene sentido ser el hombre más rico del cementerio”, decía con ironía Mark Twain. Y no le faltaba razón. H. Hughes, millonario murió con una fortuna de más de dos mil millones de dólares. Pero murió solo, olvidado, irreconocible. Como mueren muchos sin techo en las calles de Calcuta. Con una diferencia: los más