Venezuela tendrá pronto a su primer santo
El papa Francisco ha aprobado la canonización del doctor José Gregorio Hernández, quien se convertirá en el primer venezolano en ser proclamado santo, según reportó Vatican News. La decisión fue tomada el 25 de febrero durante una audiencia realizada en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma —donde el pontífice se encuentra ingresado por una neumonía— con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y monseñor Edgar Peña Parra, encargado de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.
Desde Roma, el arzobispo de Caracas, Raúl Biord Castillo, expresó con entusiasmo: “Es una gran alegría para todos. La canonización de José Gregorio es un don de Dios en este tiempo, una bendición para todos los venezolanos, un símbolo de fe y unidad”.
Aún no se ha anunciado la fecha oficial para la ceremonia de canonización, que incluirá también al beato italiano Bartolo Longo.
Un científico con profunda fe
José Gregorio Hernández, ampliamente venerado en Venezuela, es recordado tanto por sus contribuciones a la medicina como por su vida espiritual y servicio desinteresado a los más necesitados. Nacido en 1864 en Isnotú, estado Trujillo, destacó desde joven por su inteligencia. Se trasladó a Caracas, donde se graduó con honores en Medicina en la Universidad Central de Venezuela.
Después de sus estudios, regresó a su pueblo para ejercer como médico, enfrentándose a enfermedades como la tuberculosis y el paludismo. Posteriormente, obtuvo una beca para continuar su formación en París, centro mundial de los avances científicos de la época, donde conoció técnicas médicas que luego introdujo en su país, como el uso del microscopio y los fundamentos de la bacteriología.
El padre Arturo Sosa, superior general de los jesuitas, destacó que Hernández unió su sólida formación científica con una profunda vida espiritual, dedicándose al servicio de los más pobres, especialmente de aquellos que no podían pagar por atención médica.
Aunque fue profesor e investigador respetado, su reputación popular se consolidó por su generosa atención gratuita a los enfermos de bajos recursos.
Vocación religiosa y mito popular
El doctor Hernández también intentó en dos ocasiones ingresar al sacerdocio. En 1908 fue admitido en un monasterio cartujo en Italia, pero una enfermedad respiratoria le obligó a regresar. Un segundo intento en Roma en 1913 terminó del mismo modo. De vuelta en Venezuela, retomó su trabajo médico y académico, y escribió incluso un tratado de filosofía.
El 29 de junio de 1919, murió atropellado por uno de los escasos automóviles que circulaban entonces por Caracas. Su trágico fallecimiento dio paso a un fervor popular que convirtió su figura en objeto de veneración. Hoy su imagen está presente en murales, altares domésticos y hospitales en todo el país.
Una canonización esperada
El proceso de santificación de José Gregorio fue largo y complejo. A pesar de que la causa fue iniciada en 1949, no fue hasta 1985 que fue declarado “venerable”. Por momentos, se pensó que la religiosa María de San José podría convertirse en la primera santa venezolana, al ser beatificada en 1995.
En 2021, finalmente se celebró la beatificación de José Gregorio en una ceremonia restringida en Caracas, en plena pandemia. Algunos atribuyen la demora en el proceso a ciertas manifestaciones sincréticas que, aunque populares, no se ajustan a la ortodoxia católica, como el uso de su imagen en rituales de santería o prácticas alternativas.
El milagro que impulsó la canonización
El caso que impulsó la canonización fue la curación milagrosa de Yaxuri Solórzano, una niña venezolana que sobrevivió a una grave herida de bala en la cabeza tras un intento de robo. Pese a las bajas expectativas médicas, se recuperó completamente. Su madre declaró que rezó a José Gregorio durante todo el proceso, y el Vaticano reconoció oficialmente la curación como un milagro atribuido a su intercesión.
Un legado que sigue vivo
En lugares como el barrio caraqueño de La Pastora, donde vivió y atendía pacientes, abundan los murales e inscripciones en su honor. La Iglesia de La Candelaria, donde reposan sus restos, es hoy un punto de peregrinación para miles de fieles.
El doctor Hernández vivió en una tensión creativa entre ciencia y fe. Aunque defendía el creacionismo, reconoció en sus escritos filosóficos que la evolución es parte del proceso divino. Según el médico Briceño-Iragorry, su santidad radica en haber ejercido la medicina con una ética profundamente cristiana.
Para muchos venezolanos, José Gregorio representa el ideal del médico compasivo y sabio. Como afirma el historiador Rafael Arráiz Lucca, es el símbolo del sanador, del pacificador, del hombre de ciencia al servicio de la vida.
Y, en palabras populares, “cuando un enfermo se cura, el mérito es de José Gregorio; si muere, la culpa es del médico”.