Señor Jesús,
Tú nos llamas a seguirte,
porque eres el Mesías,
el Hijo amado,
y nos invitas a renunciar
a nosotros mismos,
a cargar con la cruz
y seguir tus pasos.
Señor Jesús,
ayúdanos a no dejarnos llevar
por los pensamientos del mundo,
a escuchar tu voz
que nos guía a la verdad,
y cuando el dolor
y la prueba lleguen,
danos la fuerza
para permanecer
firmes en la fe.
Señor Jesús,
que tu Espíritu Santo
nos transforme,
que nos enseñe a abrazar
nuestra cruz con esperanza,
para que, en cada acto
de entrega y sacrificio,
encontremos la vida verdadera
que Tú nos prometes.