El 14 de abril se celebró el aniversario de la primera Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de la historia, inspirada por San Juan Pablo II hace ya 40 años.
En el marco de esta fecha señalada, la “cruz de los jóvenes” — que el entonces Papa entregó a los organizadores del evento en 1984– , peregrinó el 13 de abril por las calles de la Ciudad Eterna.
San Juan Pablo II hizo entrega de esta cruz con la misión de llevarla por todo el mundo “como signo y recuerdo de que sólo en Jesús muerto y resucitado hay salvación y redención”.
La cruz de madera se ha convertido en un símbolo de las JMJ, peregrinando por las diócesis del mundo y en todos los lugares donde se realiza el evento.
Saliendo desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, jóvenes la llevaron hasta el Centro San Lorenzo, iglesia en la que se alberga durante todo el año.
Allí, se celebró una Misa, presidida por el Cardenal José Tolentino de Mendonça. La jornada concluyó con una vigilia de oración y una adoración de la cruz, conocida como Rise Up [Levántate].
Asimismo, el Cardenal surcoreano Lazzaro You Heung-sik, prefecto del Dicasterio para el Clero, también celebró una Misa el 14 de abril en Roma, para conmemorar la primera Jornada Mundial de la Juventud.
El origen de la JMJ
Según recuerda el Consejo Pontificio para los Laicos, fue un primer y multitudinario evento el que marcó lo que sería el inicio de estos encuentros.
Entre 1983 y 1984 la Iglesia celebraba el Año Santo de la Redención, que conmemoraba los 1950 años de la Pasión de Cristo. Entre las actividades que organizó el Vaticano durante este tiempo, el Papa Juan Pablo II estableció el Domingo de Ramos un encuentro juvenil.
A la llamada del Papa santo en 1984 acudieron cerca de doscientos cincuenta mil jóvenes, frente a los sesenta mil que se esperaban en un inicio.
Tras este primer evento, en 1985 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el Año Internacional de la Juventud y, con la intención de subrayar el compromiso de la Iglesia con los jóvenes, San Juan Pablo II los convocó de nuevo en Roma.
En esta ocasión, el 14 de abril de ese mismo año, cerca de trescientos mil jóvenes peregrinaron hasta la Ciudad Eterna invitados por el Papa polaco, dando origen a la JMJ que conocemos hoy en día.
Durante varios días participaron en diferentes actos, semejantes a los que se organizan en la actualidad, como catequesis impartidas en las iglesias de Roma y una Santa Misa en la Plaza de San Pedro presidida por el Papa.
Este evento mundial mostró el anhelo que tenían los jóvenes de compartir su fe. Por esto, a finales de año, Juan Pablo II anunció oficialmente la institución de la Jornada Mundial de la Juventud, invitando a que se celebrase cada Domingo de Ramos en las diferentes diócesis.
Desde entonces, se realizó una celebración diocesana y cada dos años se fijó un encuentro internacional. El primero tuvo lugar en Buenos Aires (Argentina), en 1987.
A pesar de que la JMJ fue inspirada por San Juan Pablo II, el propio Pontífice solía asegurar que habían sido los mismos jóvenes los que lo habían iniciado.