REDACTADO POR ACIPRENSA
En la Iglesia Católica, septiembre es considerado como el mes de la Biblia, el libro sagrado que contiene la Palabra de Dios escrita. Por ello les compartimos 5 datos que se debe tener en cuenta sobre la Sagrada Escritura.
1. Los diversos nombres
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El término “Biblia” proviene del griego y significa “los libros”. Así es como se le ha llamado desde los primeros siglos del cristianismo. Se dice que el Papa San Clemente (+97), discípulo de los Apóstoles y tercer sucesor de San Pedro, fue el primero en denominarla de esa manera.
A lo largo de los siglos recibió también otros nombres. San Jerónimo, Padre de la Iglesia y quien la tradujo al latín, la llamaba “Biblioteca Divina”. Las “Escrituras” y “Sagrada Escritura” son otras formas de referirse a ella.
2. La división
La Biblia contiene 73 libros y está dividida en Antiguo Testamento (AT) y Nuevo Testamento (NT). El término “testamento” viene del hebreo berîth, que significa alianza o pacto de Dios con su pueblo. Su equivalente en griego es diatheke (disposición o arreglo), que los escritores eclesiásticos latinos tradujeron como testamentum.
Los volúmenes del AT son 46 y fueron escritos antes de la venida de Cristo. Se agrupan en el Pentateuco, Libros Históricos, Libros Poéticos y Sapienciales, y Libros Proféticos. Mientras que el NT está conformado por 27 libros y contiene los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas o cartas y el Apocalipsis.
3. Los idiomas
En la Biblia hay libros que fueron escritos por sus autores —o “hagiógrafos”— en hebreo, otros en arameo y también en griego. Con el paso de los siglos se buscó traducirlos al latín y más adelante a otros idiomas.
Antes de la invención de la imprenta, diversos “copistas” tuvieron la tarea de transcribir a mano los textos sagrados para lograr su permanencia en el tiempo. Por otro lado, durante las Misas, las lecturas tomadas de la Biblia se proclamaban oficialmente en latín hasta el Concilio Vaticano II, que permitió la celebración de la Eucaristía en otras lenguas.
4. ¿Por qué septiembre?
Una de las principales razones es San Jerónimo, considerado el traductor más importante de la Biblia. La tradujo casi toda al latín. Su obra fue llamada “la Vulgata” (del latín Vulgata editio: edición popular), que el Concilio de Trento escogió como el texto bíblico latino autorizado. La fiesta de este gran santo, que murió en Belén, es cada 30 de septiembre.
La Red de Librerías Paulinas indica que otras confesiones cristianas también celebran a la Biblia en este mes porque un 26 de septiembre de 1569 se terminó de imprimir en español la Biblia del Oso, cuya edición tenía en la tapa un dibujo de este animal comiendo miel. Fue traducida por Casiodoro de Reina y posteriormente revisada por Cipriano de Valera, dando origen a la famosa Biblia Reina Valera.
5. ¿Cómo celebrarla?
En este mes, las parroquias católicas del mundo suelen promover un mayor conocimiento y lectura de la Biblia con cursos formativos, charlas y celebraciones de la Palabra. Hay familias que acostumbran tener un altar con el Libro Sagrado abierto, en un lugar visible de la casa, y leer un pasaje bíblico cada día.
Por otro lado, en la web de la Biblia Católica para Jóvenes se pueden encontrar numerosos recursos gratuitos para profundizar en la riqueza espiritual que nos da la Biblia.