1. Tiene varios nombres: Confesión, Reconciliación, Penitencia o Perdón.
2. Cada nombre resalta un aspecto distinto: confesar los pecados, reconciliarse con Dios, hacer penitencia o recibir el perdón.
3. En los primeros siglos, la confesión de los pecados graves se hacía públicamente, frente a la comunidad.
4. En la Edad Media, los monjes comenzaron a practicar la confesión privada y frecuente, y esta costumbre se extendió por toda la Iglesia.
5. Solo los sacerdotes pueden dar la absolución sacramental, ya que actúan in persona Christi (en nombre de Cristo).
6. Todo sacerdote está obligado al secreto absoluto, conocido como sigilo sacramental.
7. Romper el sigilo es una falta gravísima y es causa de excomunión automática.
8. San Juan Pablo II se confesaba cada semana. San Pío de Pietrelcina pasaba más de 10 horas al día confesando.
¿Sabías qué?: 8 Curiosidades sobre el Sacramento de la Reconciliación
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