El Pan del Alma

"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia."

2 Timoteo 3:16

El Pan del Alma

"Todo se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza."

Romanos 15:4

El Pan del Alma

"La Palabra de Dios penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, juzga los pensamientos y las intenciones del corazón."

Hebreos 4:12

El Pan del Alma

"Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca."

Mateo 7:24

Martes XXX Semana Tiempo Ordinario Ciclo B

Santos Simón y Judas

Ef 2, 19-22

Hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni huéspedes; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.

Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.

Palabra de Dios


Salmo 18, 2-3. 4-5

R. Resuena su eco por toda la tierra.

El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día transmite al otro al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia. R.

Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje hasta los confines del mundo.R.


Lectura el Evangelio según San Lucas (Lc 6, 12-19)

Jesús se retiró a una montaña para orar y pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos a los que les dio el nombre de apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano; Santiago, Juan; Felipe, Bartolomé; Mateo, Tomás; Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar con ellos, se detuvo en la llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. y los que estaban atormentados por espíritus impuros, quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra de Dios

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