El Pan del Alma

"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia."

2 Timoteo 3:16

El Pan del Alma

"Todo se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza."

Romanos 15:4

El Pan del Alma

"La Palabra de Dios penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, juzga los pensamientos y las intenciones del corazón."

Hebreos 4:12

El Pan del Alma

"Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca."

Mateo 7:24

Martes XXV Semana Tiempo Ordinario Ciclo B

Lectura del libro de los Proverbios (21, 1-6. 10-13)

El corazón del rey es una corriente de agua en manos del Señor: Él lo dirige hacia donde quiere. Al hombre le parece que todo su camino es recto, pero el Señor pesa los corazones. Practicar la justicia y el derecho agrada al Señor más que los sacrificios. Los ojos altaneros, el corazón arrogante, la luz de los malva- dos: todo eso es pecado. Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita acaba en la indigencia. Tesoros adquiridos con engaños son ilusión fugaz de los que buscan la muerte. El alma del malvado desea el mal, él no se apiada de su prójimo. El simple se hace sabio cuando se castiga al insolente, y asimila la ciencia cuando se instruye al sabio. El justo observa la casa del mal- vado y precipita en la desgracia a los malos. El que cierra los oí- dos al clamor del débil llamará y no se le responderá.

Palabra de Dios


Salmo (118)

¡Condúceme por la senda de tus mandamientos, Señor!

Felices los que van por un ca- mino intachable, los que siguen la ley del Señor. Instrúyeme en el camino de tus leyes, y yo meditaré tus maravillas. /R.

Elegí el camino de la verdad, puse tus decretos delante de mí. Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón. / R.

Condúceme por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo puesta mi alegría. Yo cumpliré fielmente tu ley: lo haré siempre, eternamente. / R.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 19-21

La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: <<Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte». Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».

Palabra del Señor.

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