Tras cinco años de preparación, dos versiones y un “proceso de maduración”, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) del Vaticano, presidido por el Cardenal argentino Víctor “Tucho” Fernández, publicó el nuevo documento Dignitas infinita, en el que advierte sobre 13 graves violaciones a la dignidad humana.
Este nuevo documento sobre la dignidad humana ha sido guiado, a pedido del Papa Francisco y con su aprobación, por el Cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del DDF y también autor de la polémica declaración Fiducia supplicans, que ha generado división en toda la Iglesia.
Estas son las 13 “violaciones graves” a la dignidad humana, mencionadas —en el mismo orden— en el documento presentado hoy en el Vaticano.
1. El drama de la pobreza
“Uno de los fenómenos que más contribuye a negar la dignidad de tantos seres humanos es la pobreza extrema, ligada a la desigual distribución de la riqueza”, indica el texto.
Tras condenar el “superdesarrollo derrochador consumista”, la declaración señala que “si algunos nacen en un país o en una familia donde tienen menos oportunidades de desarrollo, hay que reconocer que eso está reñido con su dignidad, que es exactamente la misma que la de quienes nacen en una familia o en un país ricos. Todos somos responsables, aunque en diversos grados, de esta flagrante desigualdad”.
2. La guerra
“Ninguna guerra vale las lágrimas de una madre que ha visto a su hijo mutilado o muerto; ninguna guerra vale la pérdida de la vida, aunque sea de una sola persona humana, ser sagrado, creado a imagen y semejanza del Creador”, señala.
Tras citar a los papas santos Juan Pablo II y Pablo VI, la declaración indica que “la íntima relación que existe entre fe y dignidad humana hace contradictorio que se fundamente la guerra sobre convicciones religiosas”.
3. El trabajo de los emigrantes
“Los emigrantes están entre las primeras víctimas de las múltiples formas de pobreza”, indica el texto al respecto y añade: “No es solo que su dignidad viene negada en sus países sino que su misma vida es puesta en riesgo porque no tienen los medios” para “trabajar o para alimentarse”. El documento resalta además la importancia de acogerlos.
4. La trata de personas
El texto del Vaticano señala, sobre este tema al que el Papa Francisco se ha referido en numerosas ocasiones, que es “una vergüenza para nuestras sociedades que se consideran civilizadas. ¡Explotadores y clientes a todos los niveles deberían hacer un serio examen de conciencia ante sí mismos y ante Dios!”.
“La Iglesia renueva hoy su fuerte llamamiento para que se defienda siempre la dignidad y la centralidad de toda persona, en el respeto de los derechos fundamentales, como destaca su doctrina social, y pide que los derechos se extiendan realmente allí donde no se los reconoce a millones de hombres y mujeres en todos los continentes”, añade.
5. Los abusos sexuales
Al respecto y tras recordar que estos hieren profundamente a las personas que los sufren, el documento señala que el fenómeno de los abusos sexuales “está muy difundido en la sociedad, afecta también a la Iglesia y representa un serio obstáculo para su misión. De ahí su inquebrantable compromiso de poner fin a cualquier tipo de abuso, empezando desde dentro”.
6. “Las violencias contra las mujeres”
“Las violencias contra las mujeres es un escándalo global, cada vez más reconocido”, resalta el texto.
“Aunque de palabra se reconoce la igual dignidad de la mujer, en algunos países las desigualdades entre mujeres y varones son muy graves e incluso en los países más desarrollados y democráticos la realidad social concreta atestigua que a menudo no se reconoce a la mujer la misma dignidad que al varón”, agrega.
En este aspecto, el documento del Vaticano condena el aborto, la poligamia, el “fenómeno del feminicidio”; y propone el amor a María como una forma de reconocer y agradecer a las mujeres.
7. El aborto
El texto denuncia que actualmente, “en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de ‘interrupción del embarazo’, que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública. Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un malestar de las conciencias”.
En ese sentido, el documento precisa que “el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento”.
8. La maternidad subrogada
“La Iglesia, también, se posiciona en contra de la práctica de la maternidad subrogada, mediante la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto”, denuncia el documento del DDF en cuanto a este tema, conocido también como vientres de alquiler.
“La práctica de la maternidad subrogada viola, ante todo, la dignidad del niño” y “la dignidad de la propia mujer que o se ve obligada a ello o decide libremente someterse”.
“Con esta práctica, la mujer se desvincula del hijo que crece en ella y se convierte en un mero medio al servicio del beneficio o del deseo arbitrario de otros”, precisa la declaración.
9. La eutanasia y el suicidio asistido
En este tema el texto del Vaticano advierte que “está muy extendida la idea de que la eutanasia o el suicidio asistido son compatibles con el respeto a la dignidad de la persona humana”.
“Frente a este hecho, hay que reafirmar con fuerza que el sufrimiento no hace perder al enfermo esa dignidad que le es intrínseca e inalienablemente propia, sino que puede convertirse en una oportunidad para reforzar los lazos de pertenencia mutua y tomar mayor conciencia de lo preciosa que es cada persona para el conjunto de la humanidad”.
Tras alentar los cuidados paliativos de los enfermos, el documento recuerda que “la vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre, que no puede perderse y cuyo respeto permanece incondicional”.
“Ayudar al suicida a quitarse la vida es, por tanto, una ofensa objetiva contra la dignidad de la persona que lo pide, aunque con ello se cumpliese su deseo”, alerta.
10. El descarte de las personas con discapacidad
“Todo ser humano, sea cual sea su condición de vulnerabilidad, recibe su dignidad por el hecho mismo de ser querido y amado por Dios. Por estas razones, debe fomentarse en la medida de lo posible la inclusión y la participación activa en la vida social y eclesial de todos aquellos que, de alguna manera, están marcados por la fragilidad o la discapacidad”, refiere el texto.
11. La ideología o teoría de género
“Querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género, sin tener en cuenta esta verdad fundamental de la vida humana como don, no significa otra cosa que ceder a la vieja tentación de que el ser humano se convierta en Dios y entre en competencia con el verdadero Dios del amor que nos revela el Evangelio”, advierte el documento.
“Un segundo aspecto sobre la teoría de género es que pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual” entre hombre y mujer. “Esta diferencia constitutiva no sólo es la mayor imaginable, sino también la más bella y la más poderosa”, añade.
12. El cambio de sexo
“Hay que recordar que el cuerpo humano participa de la dignidad de la persona, ya que está dotado de significados personales, especialmente en su condición sexual. Es en el cuerpo, de hecho, donde cada persona se reconoce generada por los demás, y es a través de su cuerpo que el varón y la mujer pueden establecer una relación de amor capaz de generar a otras personas”, precisa el texto.
En ese sentido, prosigue, “toda operación de cambio de sexo, por regla general”, corre “el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción”.
Aquí el texto precisa que no se excluye “la posibilidad que una persona afectada por anomalías genitales, que ya son evidentes al nacer o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica con el objetivo de resolver esas anomalías. En este caso, la operación no constituiría un cambio de sexo en el sentido que aquí se entiende”.
13. La violencia digital
“El ambiente digital también es un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta llegar al caso extremo del dark web”, el conjunto oculto de sitios de Internet a los que sólo se accede con un navegador especializado.
En este punto el documento habla del ciberacoso, la pornografía, y los juegos de azar.
Ante estos peligros, resalta el documento, “es necesario verificar constantemente que las actuales formas de comunicación nos orienten efectivamente al encuentro generoso, a la búsqueda sincera de la verdad íntegra, al servicio, a la cercanía con los últimos, a la tarea de construir el bien común”.