– Los neurocientíficos han descubierto que quien da gracias activa zonas cerebrales vinculadas al bienestar y reduce el estrés.
– Un “gracias” sincero fortalece los vínculos, genera confianza y abre el corazón del otro.
– Desde San Francisco de Asís hasta Santa Teresa de Calcuta, todos los santos tuvieron en común un corazón agradecido.
– La palabra “Eucaristía” significa literalmente “acción de gracias”.
– Agradecer mejora las relaciones y crea ambientes más humanos y fraternos.
– En la Biblia, cada vez que Jesús “dio gracias”, ocurrió algo grande: el pan se multiplicó y el vino se transformó.
– Cuando respondemos con gratitud en lugar de rencor, rompemos la cadena del mal.
¿Sabías qué?: Sobre la gratitud
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